miércoles, 1 de enero de 2014

El Saber Ser

Carlos Penalillo Pimentel 

La actitud, trato y empatía hacia nuestro interlocutor, cliente o paciente, es sumamente importante dentro de nuestro desempeño profesional en general.

A todos nos ha sucedido el tener que soportar malos tratos, esperas indebidas e incumplimiento de horarios o programaciones. Es un mal consuetudinario del que estoy seguro puede corregirse con la participación de todos, empezando por nosotros mismos.
En los inicios del siglo pasado, Mahatma Gandhi dijo que gran parte de los problemas del mundo se solucionarían si nos ubicásemos en los zapatos del otro. En buen cristiano, amar al prójimo como a ti mismo y no hagas a otro lo que no quieras que a ti te hagan. Razones simples del buen vivir que nos evitarían muchos malos ratos y empezaríamos cambios personales que nos estarían elevando a otra dimensión espiritual.
La empatía es un aspecto que ha sido tomado dentro del contexto actual de cualidades personales para ser calificados como buenos o malos profesionales. Nuestro desempeño, no solo será medido por los conocimientos adquiridos, sino también por la experticia y formas de trabajar, a los que se sumará el tema en cuestión que es el de cómo tratamos y nos desenvolvemos frente a nuestros clientes o pacientes. Es decir el saber saber, el saber hacer y el saber ser (los tres saberes)
Definitivamente, si nos ponemos a analizar esta exigencia que ya está plasmada en la Ley del SINEACE 28740, podría verse como algo utópico, pero en la realidad ya se vienen cumpliendo en países mas avanzados en educación que nosotros, como son Chile, México, Canadá y en buena medida también Colombia.
Atrás deberán quedar los currículos cargados solo de cartones de cursos, congresos, diplomados, maestrías y doctorados. En adelante, los colegios profesionales certificaran las competencias profesionales de sus agremiados haciendo evaluaciones cognitivas, procedimentales y actitudinales.
El espíritu de la Ley va primordialmente para satisfacer de manera correcta las necesidades de la población. Debemos pues crear la conciencia en la gente que estos grandes cambios deben ocurrir y se harán si es que también desarrollamos una cultura de defensa de nuestros derechos, que lamentablemente en nuestro país muy poco o nada se aplican.
Usemos pues los canales que ya están diseñados para ello, como el libro de reclamaciones, defensoría del asegurado, defensoría del consumidor o simplemente acudir a la gerencia o administrador de la dependencia o empresa donde recibimos un mal trato o abuso en general.
Reitero, es trabajo de todos.

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